AQUÍ ESTOY PARA TI

Todos los seres humanos hemos sido niñ@s, eso está claro. Lo que para muchos es nuevo, es que ese niño aún sigue vivo en nuestro interior, a la espera de ser visto y abrazado. Lo que muchos hombres experimentamos como un vacío existencial, miedos irracionales y/o angustias profundas muchas veces tienen como origen la desconexión profunda de nuestro ser adulto con el niño que fuimos y somos.

Creemos que es fundamental el trabajo con este aspecto de nuestra psique ya que es dónde se alojan nuestras memorias de dolor más profundas, sepultadas bajo mecanismos de defensa y patrones de comportamiento para NO SENTIR.

Este adormecimiento tiene un propósito: evitarnos recordar esos dolores que han sido insoportables. Es un gran mecanismo de protección que nos ha mantenido con vida, más hoy se ha transformado en una limitación: no podemos elegir adormecer ciertas partes, el mecanismo nos permite SENTIR o NO SENTIR, en nuestra totalidad.

Si queremos recuperar nuestra DICHA, la capacidad de disfrutar la vida al máximo, de reírnos, de jugar, explorar, crear, sorprendernos… Pues debemos conectar con el maravilloso niño que llevamos dentro.